martes, 28 de octubre de 2008

EL PODER DE LA FANTASIA Y LA LITERATURA INFANTIL
"La fantasía es, como muchas otras cosas, un derecho legítimo de todo ser humano, pues a través de ella se halla una completa libertad y satisfacción". (J.J.R.Tolkien)
La palabra fantasía viene del griego phantasia: facultad mental para imaginarse cosas inexistentes y proceso mediante el cual se reproducen con imágenes los objetos del entorno, constituye el grado superior de la imaginación capaz de dar forma sensible a las ideas y de alterar la realidad. Recoge su material de la realidad interna y externa, con la que se concibe una realidad distinta, con la imaginación se pueden asociar las imágenes de la realidad y agruparlas con un significado diferente.
La fantasía cumple una función imprescindible en nuestras vidas, sirve como válvula de escape a la realidad existencial, y es la fuerza impulsora que permite rectificar la realidad insatisfactoria y realizar los deseos no cumplidos por medio de los sueños.
La fantasía es uno de los procesos cognoscitivos superiores que nos diferencia de los animales irracionales.
La imaginación, concebida como una facultad capaz de reproducir mentalmente las causas y soluciones de los problemas reales, es la mejor ayuda para un psicólogo, tanto cuando tiene que hacerse una idea de la situación del paciente como cuando tiene que encontrar la orientación terapéutica correcta. La psicología moderna ha constatado que el poder de la fantasía sobre la psique es más determinante que el principio del deseo, pues se dice que en el conflicto entre deseo y fantasía es siempre la fantasía la que se sobrepone al principio del deseo.
Sigmund Freud definió la fantasía como un fenómeno inherente al pensamiento, como una actividad psíquica que está en la base del juego de los niños y en el arte de los adultos, puesto que los instintos insatisfechos son las fuerzas impulsoras de la fantasía y cada fantasía es una satisfacción de deseos, una rectificación de la realidad insatisfactoria.
Todo niño que juega se conduce como un poeta, creándose un mundo propio o, más exactamente, situando las cosas de su mundo en un orden nuevo, grato para él. Sería injusto en este caso pensar que no toma en serio ese mundo; por el contrario, toma muy en serio su juego y dedica en él grandes afectos. La antítesis del juego no es la gravedad, sino la realidad. El niño distingue muy bien la realidad del mundo y su juego, a pesar de la carga de afecto con que lo satura, y gusta de apoyar los objetos y circunstancias que imagina en objetos tangibles y visibles del mundo real. Este apoyo es lo que aún diferencia el ’jugar’ infantil del "fantasear".
La fantasía, que emerge de lo abstracto, hace que el niño invente y modifique su entorno. Del mismo modo, los niños, por medio de su imaginación inagotable, transforman la realidad en la que viven, toda actividad fantástica en ellos es reproducción, herencia o imitación de su experiencia anterior, de acciones y situaciones observadas, sentidas u oídas en la naturaleza y en el mundo adulto.
La fantasía es una facultad humana que ocupa un primer lugar en la vida mental de los niños, quienes son una especie de primitivos que recurren a la imaginación para compensar su falta de capacidad cognoscitiva.
Una de las características del poder de la fantasía es que los niños, gozan con las aventuras de la imaginación, con esos hechos y personajes que los transportan hasta la sutil frontera que separa a la realidad de la fantasía, pues todo lo que es lógico para el adulto, puede ser fantástico para el niño, y lo que al adulto le sirve para descansar, al niño le sirve para gozar. El niño, a diferencia del adulto, ve en el realismo un mundo lleno de magia y ficción.
FUENTE:EL PODER DE LA FANTASÍA Y LA LITERATURA INFANTIL
Víctor Montoya Sincronía Invierno 2001
http://sincronia.cucsh.udg.mx/litinfant.htm

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